Fundación García Agüera - Por el arte y la cultura en Coín, Málaga Informe Matagallar
       
       
 
FGA Coin (M�laga)
 

La Fundación García Agüera, continuando las gestiones realizadas desde años atrás en relación a la protección y adquisición para el patrimonio municipal de las CUEVAS RUPESTRES DE COÍN, ha elaborado un completo INFORME, realizado por Francisco Marmolejo Cantos, Director del Archivo Histórico de esta Fundación, que constata, sin lugar a dudas, que es este imponente conjunto monumental mozárabe el más antiguo e importante de los existentes en nuestra localidad; así como el más grande de la provincia, junto al de Ronda; que está unido intimamente al origen y fundación de Coín, y que, en un futuro próximo, debe ser restaurado para usos culturales.

 
     
 
   
 
         
 
La Fundación García Agüera ha presentado ante la Delegación de Cultura en Málaga de la Junta de Andalucía y el Excmo. Ayuntamiento de Coín, sendos escritos informando del descubrimiento y aportando este riguroso informe realizado por
Francisco Marmolejo Cantos
 
 
 
   
         

         
 
 
 
INFORME SOBRE LAS NUEVAS ESTRUCTURAS RUPESTRES DESCUBIERTAS EN LAS INMEDIACIONES DE ‘LAS CUEVAS MOZÁRABES DE COÍN (Málaga)’
 
         
         

         
         
 
LOCALIZACIÓN

En un intento por definir el entorno del conocido conjunto monumental de ‘Las Cuevas Rupestres de Coín’, rastreando por sus proximidades a ambos lados de la actual carretera, se ha descubierto a escasos 40 ó 50 metros del conjunto medieval lo que parece ser un nuevo núcleo de cuevas y un venero con paredes rupestres, pertenecientes creemos al mismo recinto mozárabe.


Estas nuevas estructuras nunca han sido estudiadas ni documentadas con anterioridad, probablemente porque se encuentran bien ocultas por la maleza bajo el mismo barranco o talud de la carretera, desde donde es imposible advertir su existencia, a menos que se descienda a las huertas abancaladas inmediatas al yacimiento, en las que se pueden detectar abundantes fragmentos diseminados de cerámica moderna y medieval.


Se ubican concretamente en la parte baja del paraje conocido como ‘La Calera’ y sus coordenadas geográficas UTM son:

X: 342552
Y: 4058403

 
         
 
 
         
         
 

El presente informe se limita tan sólo a informar sobre los diversos vestigios rupestres hallados recientemente en las inmediaciones al conjunto monumental y se redacta con el deseo de coadyuvar a delimitar el territorio y el poblamiento mozárabe en esta localidad. En concreto, los elementos arqueológicos y patrimoniales que se documentan por vez primera en este informe han sido clasificados de la manera siguiente:


-Cueva rupestre mayor
-Manantial y depósito semirrupestre
-Agrupación de pequeñas cuevas
-Cantera para la extracción de sillares
-Otros elementos etnológicos


 
         
 
 
 
CUEVA RUPESTRE MAYOR

Apenas unos metros con dirección al Noroeste del conocido conjunto monumental, se ha advertido la existencia de una cueva semienterrada de dimensiones exteriores similares a las que ya existen documentadas. Bien conviene señalar que esta nueva estructura se sitúa más próxima al curso natural del río y más distante del casco urbano que las existentes en el núcleo monástico principal.


Nos ha sido imposible acceder al interior de la cueva, porque la boca de entrada se encuentra cegada totalmente, lo que en un principio presupone cierta profundidad. Se haya cubierta y tapada con diversos materiales, como se puede apreciar en la fotografía, básicamente tierra compactada con piedras, seguida de una enorme y pesada roca (que parece que se ha desplomado del techo) y un grueso tabique construido con viejos sillarejos de cantillo. La referida roca, por sus grandes dimensiones, es imposible o muy difícil de mover, por ello sólo cabe pensar que, o bien se ha precipitado desde la terraza superior o bien se ha desprendido del paramento o, con mayor probabilidad, se ha desplomado del techo interior.


 
 
 
         
 
 
         
 
 
 

No sabemos si esta cueva ha sido horadada artificialmente o formada como abrigo natural, porque como hemos dicho no se puede entrar, pero en cualquier caso presumimos que pudo estar habitada por la comunidad mozárabe por criterios de inmediata proximidad.


Merece especial atención el pequeño saliente rocoso que existe en una de las jambas del arco o bóveda de entrada a la cueva, que recuerda la tendencia a cerrarse en herradura existente en algunas de las cuevas del conjunto monástico principal. Posiblemente esa forma primigenia se ha visto modificada tras el desplomé de la pesada roca que impide la entrada, pero desde el exterior lo que es innegable es su similar parentesco con las existentes en el cenobio mozárabe, teniendo en cuenta que algunas de las cuevas fueron recrecidas casi dos metros cuando el propietario rebajó el suelo.

 
 
 
 
 
 
MANANTIAL y DEPÓSITO SEMIRUPESTRE

En un primer momento se advirtió la existencia de una cavidad rupestre, con aspecto de aljibe o cisterna, casi inmediata a la cueva recién descubierta, situada al lado izquierdo de ésta y aprovechando el mismo macizo calcáreo.


La mencionada cavidad conserva tres paredes rupestres originales y tiene disposición rectangular o más bien elíptica. La otra pared que cierra su perímetro, la más externa, es un moderno muro formado por bloques de hormigón, que pensamos pudieron sustituir a los viejos sillares que ahora ciegan la entrada a la cueva. El fondo o lecho del depósito se halla también cubierto con una capa de hormigón, de la que sobresale una arqueta, bajo la cual averiguamos existe un venero de ricas aguas, analizadas y aptas para el consumo.

 
         
 
 
 

 
         
         
 
En la actualidad, la cavidad se encuentra sin agua y conserva tal profundidad que nos ha sido imposible medirla desde el nivel del suelo. En su interior se detecta una pequeña galería que se pierde bajo la roca y, mereciendo especial atención, se revela la existencia de un túnel o vía, cuya boca de entrada asemeja su forma a un nicho semicircular. (Véase la imagen fotográfica del anexo). En la inmediaciones se advierten además una serie de orificios circulares, formados en el macizo rocoso a modo de pequeños túneles, en cuyas proximidades aún resuman algunas gotas de agua, acaso procedentes de algún que otro venero interno.


En cualquier caso, este venero se descubre rodeado por paredes rupestres en tres de sus lados y en su interior brota el manantial de agua más cercano que existe a las cuevas mozárabes. No es atrevido por tanto afirmar que debió abastecer en época medieval a los miembros de esta comunidad por motivos de proximidad, siendo esto también defendible por la presencia mucho más distante y alejada tanto del río como del manantial que aflora en la conocida cuesta de Los Almendrillos.
 
 
 
 
 
 
AGRUPUACIÓN DE PEQUEÑAS CUEVAS

En una segunda visita se ha llegado a detectar a escasos metros del venero, una serie de pequeñas cuevas conformando un núcleo agrupado de dos o tres cavidades habitables, cuyo número por ahora no podemos precisar exactamente.


Se orientan en la misma dirección que las grandes cuevas del conjunto monástico principal, y se sitúan justo bajo el enorme talud de la carretera, o lo que es lo mismo, al pie de la formidable muralla de roca natural que defiende y protege el recinto medieval principal.


En su interior, la posible presencia de formaciones calcáreas no viene sino a reforzar la hipótesis de que se tratan de cuevas artificiales que aprovechan los abrigos naturales preexistentes o bien sean cuevas naturales utilizadas como habitáculos o celdas eremíticas, porque no tiene sentido excavar sin valerse de las ya presentes.


No se puede avanzar nada novedoso en la información sobre las mismas, más que ampliando las fotos captadas a cierta distancia se aprecia que las bocas de entrada no están cegadas y se encuentran unidas entre sí. Cabe añadir, por último, que las dimensiones y características de estas cavidades se alejan mucho de las modernas casas cuevas abandonadas en la cuesta de Los Almendrillos.

 
 
 
 
 
 
CANTERA PARA LA EXTRACCIÓN DE SILLARES

Uno de los signos que más llamó nuestra atención fue el peculiar aspecto geomorfológico que tenía el alzado del macizo, daba la impresión de que el paramento rocoso había sido alisado por la mano del hombre en algunas partes concretas, especialmente notorio donde quedaba enmarcada la cavidad rupestre del venero.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
         
 

No fue sino en la visita que realizamos con los arqueólogos don Luis Efrén Fernández y don Manuel Romero Pérez, cuando pudimos advertir, en todo ese contorno, las marcas del serrucho para la extracción de sillarejos de piedra caliza. A simple vista, las dimensiones de los bloques extraídos apuntan a un posible origen medieval. En cualquier caso, creemos sería muy interesante un estudio que contrastara la cronología propuesta, a favor de preservar y resguardar de futuras agresiones este inadvertido yacimiento.

 
         
 
 
 
OTROS ELEMENTOS ETNOLÓGICOS

En la cara opuesta del macizo, se pueden detectar diversas cavidades, algunas de ellas habitables; y además existe un fragmento de acequia rupestre, horadada en el cantillo y en situación de abandono, cuya pared externa aparece finamente tallada con una especie de estribo o saliente corrido en vertical.


La referida acequia es de origen medieval sin duda alguna, se orienta con dirección al curso natural del río y se encuentra oculta en su integridad, cubierta por una crecida zarza que impide apreciar sus dimensiones reales. Recibiría el agua de un manantial con alberca, que siempre existió por encima de la carretera, atravesando ésta con atanores y formando parte de un sistema independiente al de la acequia de Derrumbaderos.


Subrayar que este tipo de canales y acequias excavadas en la roca son muy abundantes en esta localidad, por su singular geología e hidrología, configurándose como un elemento característico y diferenciador, cuando no monumental en algunas de ellas como en la acequia de La Bola (cerca de la Necrópolis Islámica de La Zayaga).


Existen también diversos vestigios que se extralimitan de nuestra cronología, pero entendemos que se encuentran presentes en el entorno y son muy interesantes tenerlos en cuenta para comprender como se ha modificado el valioso enclave. Nos referimos a la conocida y abandonada fábrica de cal allí existente, de la que es obligado advertir, por su interés etnográfico, que todavía se conservan algunos de los pozos donde se horneaban los cantos de piedra caliza, así como también se pueden apreciar las marcas de la piqueta y el garrallo para su extracción, antes de que lo hicieran los barrenos, concretamente en la otra cara del macizo rocoso, próximo al conocido callejón de la Calera y sus aledaños.

 
 
 
 
 
 
CONCLUSIONES

Este enclave ha sido de gran utilidad a lo largo de la historia, especialmente por la presencia del venero descrito y la existencia de las diversas cuevas rupestres, sin desmerecer además su aprovechamiento en la extracción de sillares para la construcción y de piedra caliza para la elaboración de la cal.


En nuestras diversas visitas al lugar, se ha podido percibir la técnica constructiva del vaciado en roca conviviendo con las formaciones calcáreas y, por el entorno, se aprecia en superficie algunos fragmentos de cerámica, de coloración muy oscura y desgrasantes visibles en ambas caras.


Entendemos que las diferentes etapas cronológicas de las estructuras descubiertas son difíciles de precisar con una mera prospección superficial. Es por ello que, las conclusiones que se puedan sacar de la lectura del presente informe están limitadas, por respeto a la propiedad y por la intromisión de vestigios pertenecientes a otras culturas materiales posteriores.


En cualquier caso, sean estas cavidades naturales o artificiales, es razonable pensar que fueron habitadas por los mozárabes por criterios de inmediata proximidad, bajo la premisa fundamental de ser además un enclave escogido por la presencia del único manantial de agua del cual pudieron abastecerse.


Estas nuevas estructuras seguramente fueron habitadas o utilizadas hace más de mil años por los miembros de la comunidad mozárabe, probablemente fueron incluso excavadas y adaptadas para su habitabilidad. Y en cualquier caso se pondría de manifiesto, sino una mayor densidad en el poblamiento, bien una mayor extensión en el recinto medieval mozárabe hasta ahora conocido.


Entendemos que en este entorno rupestre se encuentra relacionado al BIC que se está tramitando, pues subyacen elementos de habitat, aprovisionamiento de recursos y otras actividades de carácter antrópico intrínsecamente relacionadas con el BIC y que por tanto deben ser protegidas en la incoación del expediente.


En una primera aproximación basada exclusivamente en la observación y descripción del nuevo yacimiento, creemos que podría ser factible alguna intervención o actividad arqueológica (sobre todo en la cueva que se encuentra semienterrada y tabicada); teniendo en cuenta que estas estructuras se conservan casi intactas, mucho mejor que las que conforman el conjunto monumental principal, donde el suelo fue incluso rebajado para facilitar la actividad industrial del aserradero y la excavación es prácticamente imposible por ausencia de estratigrafía.


Por todo ello entendemos, salvo mejor criterio, sería muy interesante acometer un estudio preliminar sobre estos nuevos vestigios rupestres, de cara a elaborar un plan de actuación arqueológica, si cabe, para proteger y preservar los referidos elementos materiales y estructurales que sean de singular relevancia.


En la ciudad de Coín, a 1 de Octubre de 2008


Francisco Marmolejo Cantos
Director del Archivo Histórico de la Fundación

 

 
Fotografías de José Manuel García Fernández
 
 
 
         
         
 
  Puede descargarse el informe completo con anexo fotográfico y escritos, en formato pdf.  
         
         
       
         
         
       
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