En 1984, en la casa que medio siglo antes había sido del pintor don Antonio Palomo Anaya, se abrió al público la Galería de Arte Alameda de Coín, un lugar de encuentro comprometido con la cultura, que estuvo abierta en fines de semana, vísperas y festivos toda una década, sirviendo a varias generaciones de punto coin-cidente con la obra de los artistas más representativos de nuestro tiempo.

Las fotografías que hoy se muestran no son más que una pequeña colección de recuerdos, que recogen instantes vividos rodeados de arte y amistad. Algunas fueron tomadas por mí, otras por José Miguel Barrientos, y muchas por quienes en alguna de sus visitas cogieron la cámara para dejarnos constancia de aquellas luces, en las que hoy nos reconocemos.

Veintiún años después, echamos de menos a queridos amigos que ya no están. Y, los demás, en versos de Tenysson que aprendí de Mari Carmen Gil: 'somos lo que somos, un mismo temple de corazones heroicos, debilitados por el tiempo, pero voluntariosos para buscar y encontrar y no rendirse'... nunca.

J. M. G. A. Coín, Otoño de 2005