L a -h i s t o r i a -d e -u n -r a n c h o -a n d a l u z

Unas semanas antes de la muerte del Papa estuve en Roma, así que la sobrevenida cobertura mediática caída encima por el acontecimiento me ha hecho volver a ver, por televisión esta vez, la espectacular belleza de la ciudad eterna, tan divina y religiosa que hasta llaman a las rebajas 'bendita promozione'. Estando allí comprendí porqué nuestro paisano don Antonio Reyna Manescau decidió quedarse en ella para siempre, después de conocerla. Cualquiera, con dos dedos de sensibilidad, entiende la enorme atracción que puede suponer para un artista tanto arte a la vista.

Luego, en la tarde del mismo sábado que murió Juan Pablo II, visité la espléndida colección de 'Pintura andaluza' expuesta en el Palacio Episcopal de Málaga, donde pude admirar las tres soberbias y espectaculares vistas de Venecia que, del preciosista pintor coineño, posee doña Carmen Thyssen-Bornemisza. Confieso que llegué a emocionarme al leer en la información de cada una de sus obras, al lado de su nombre, el nombre de su ciudad natal. La misma que la mía. Sin embargo, algo me zarandeó mientras observaba aquellos cuadros magistrales. Note entonces ese amago de taquicardia sentimental que me da en ocasiones tan señaladas y especiales.

Delante de ellos me acordé de las emotivas palabras que doña Dolores y doña Matilde Giménez Reyna, sus familiares más cercanos, pronunciaron durante el homenaje que aquí rendimos al pintor un grupo de amigos, el pasado 3 de febrero de 2003. Nos contaron que su tío 'siempre recordó a Coín y lo llevó en su alma tan dentro, que decía que su color y la luminosidad de sus cuadros se lo debía a esta tierra y estos campos que son dignos de regocijarse admirándolos y hacen brotar alegría en nuestro ser.'

Mientras, observaba maravillado que la luz de aquellos cuadros de vistas venecianas no tienen la luz de Venecia. Ya me lo había dicho Annette Deletaille unos días antes con gran sorpresa y acierto, y me lo había advertido, también, Ángel Avellaneda. La incipiente taquicardia se iba convirtiendo en agradable sensación a juego con el lema del municipio. Y, es que la luz de esas obras, de esas vistas venecianas, era la luz de Coín. La luz de los campos de esta tierra. El color de la huerta coineña que tan bien conocía quien mejor la ha retratado. El mismo color y la misma luz que, llevadas a su expresión más próxima y pura, plasmó en el cuadro que más significación tiene, por la propia obra y su autor, para los coineños: 'Rancho andaluz'. El rancho coineño de Reyna Manescau. El histórico legado del pintor universal a su tierra natal.

A mayor abundamiento y para satisfacción de todos, acabo de oír a la señorita concejala de cultura manifestar ante las cámaras de CCTV, que los técnicos de la Diputación Provincial han informado favorablemente sobre la solicitud realizada ante esa institución para que el cacho de huerta coineña que es ese cuadro, esté donde debe estar. Ya era hora. Años nos ha llevado recorrer ese camino tan fácil que todavía no ha terminado y que comenzó, oficialmente, con la publicación de un artículo mío, 'El rancho coineño de Reyna Manescau', en el número de febrero del año 2003 de la revista G2000. La revista colega daba cuenta al mes siguiente, en la página 30, de que tal artículo 'había provocado la presentación de una moción al próximo pleno municipal, suscrita por todos los partidos políticos de la oposición (PSOE, PP e IU), para que sea gestionado ante la diputación malagueña que ese gran cuadro esté en Coín de manera permanente y presida el salón capitular del nuevo Ayuntamiento'. Moción que fue aprobada por unanimidad.

Pero, es que además, en ese mismo pleno, y a consecuencia de la misma moción, fue aprobado, por acuerdo igualmente unánime, que esta ciudad, su ciudad natal, dedicara, rotulando con su nombre, una plaza representativa al glorioso artista, en merecido homenaje y justo recuerdo a su memoria.

Sin embargo, transcurridos más de dos años desde aquel solemne acuerdo plenario, todavía no se ha llevado a cabo, incomprensiblemente. Y, es que en estas cosas del Arte y la Cultura , los responsables municipales se deben espabilar, porque vamos con retraso.

Coín, 14 de abril de 2005

Venecia