El concierto de Proyecto Parada, La Gala de la Gran Gala, preparado especialmente para clausurar la noche del 21 de noviembre de 2014, en el patio del antiguo convento de Santa María de la Encarnación, las jornadas Málaga, Capital Coín desarrolladas por la Fundación García Agüera con la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Coín, en las que se aunaron en un mismo espacio expositivo las Artes Plásticas y la Literatura -y con esta gala también la Música- en torno a la memoria del genial escritor malagueño Rafael Pérez Estrada, de quien ese año conmemoramos el LXXX aniversario de su nacimiento, que residiera en Coín durante la década de los 80 y que en Coín creó, en el transcurso de sus prolongadas estancias entre nosotros, gran parte de su mejor obra tanto literaria como pictórica. Asimismo, fue el homenaje de sus amigos a la memoria de Mari Carmen Gil, también coineña de adopción y devoción.

Esta sección contiene la edición de los videos del concierto completo, donde acompañaron a los músicos de Proyecto Parada, José Miguel Guzmán, Ismael Chicano Ballesteros, Francisco Villalobos Santos y las voces de Domi del Postigo, José Manuel García Agüera, Juvenal Soto Carratalá, Javier Domínguez Martín y Concha Goyanes Muñoz, recitando poesía y prosas escogidas de Rafael Pérez Estrada.

Y hoy 21 de mayo de 2015, al cumplirse 15 años del fallecimiento del genial escritor y amigo, lo compartimos con todos en su recuerdo y memoria.

   
         
 
 
         
   

PROYECTO PARADA lo integran: Álvaro Parada, batería, Antonio Bañasco, piano y sintetizadores y José Manuel García, bajo eléctrico y contrabajo. Músicos que, habiendo defendido durante años anteriores repertorios clásicos del jazz, emprenden en 2009 un ejercicio común de libertad creativa.

Incorporan a sus creaciones desde los patrones rítmicos actuales (drum&bass, hip-hop, funk), hasta las estéticas más clásicas y académicas; además de la proyección de video-creaciones de artistas jóvenes andaluces que incorporan nuevos matices a la comunicación musical.

Identificándose en gran medida con el Jazz, no siendo una dirección sino más bien un vehículo de experimentación hacia diversos estilos y sensaciones, siempre con la sincera intención de retroalimentarse en la lúdica de la construcción.

   
         

         
         
         
 
Textos de Rafael Pérez Estrada: 'La Gala de la Gran Gala ', en la voz de Domi del Postigo y, 'AutoRetrato', en la voz de José Manuel García Agüera.
     
         
     

 

 
         
   

Cinco días antes de la Gala, la Gran Gala, las calles, las paredes de las calles estaban llenas de afiches, posters o carteles que anunciaban: RAFAEL PÉREZ ESTRADA Y SU CONJUNTO. CONCIERTO. GRAN GALA.

Tres días antes de la Gala, la Gran Gala, las entradas se habían vendido todas, lo que se dice: todas.

Dos días antes de la Gala, la Gran Gala, las calles, las esquinas, de las calles ocultaban a los revendedores.

De cierto, había contribuido a la venta más que los afiches, posters o carteles la envidiosa generosidad con que suelen ocuparse de todas mis cosas mis amigos y compañeros y, tal vez, en ellos el pérfido y soterrado deseo de un rotundo fracaso en una faceta del arte hasta entonces ni concebida, ni practicada por mí.

Un día antes de la Gala, la Gran Gala, la claque está dispuesta.

Horas antes de la Gala, la Gran Gala, el público se agrupa a las puertas del teatro. Como es natural entro, me escabullo, mejor, de los ardientes reporteros por la puerta de actores, precisamente por el lugar donde estaban apostados (los reporteros se apostan).

Al natural nerviosismo de la ocasión, se unía el malestar que me había causado verme en los afiches, posters o carteles, retocado en el gráfico de mi rostro por una interminable variedad de bigotes y otros adimentos del peor gusto.

Aquieta mi espíritu el mirar telón echado, al público bullicioso que empieza a impacientarse. Buena señal.

A efectos del efecto, continúo la reseña situándome, imaginariamente, entre el público (imposible por falta de espacio) y desde aquí sigo (sin dejar de estar allí).

Se alza el telón de terciopelo previamente cepillado, roza el telón una de las guirnaldas que adornan la embocadura, al fin, sube el telón.

La escena como es costumbre por falta de imaginación: cámara oscura; en las esquinas amplificadores; el foco gira, hace arco iris, hasta fijar en círculo el lugar que ocupo, digo que ocupamos mi conjunto y yo.

Visto frac negro (he sustituido la palomita por un briquet Cartier: gran efecto).

Saludo (silencio) me apoyo al uso de las divinas divas en mi conjunto: la máquina-tocadiscos-tragaperras. Con un gesto, no desprovisto de cierta elegancia, saco del bolsillo una moneda flotante de cinco pesetas: la introduzco en la máquina, y se enciende la luz, se oye un ligero ruido de búsqueda. No falla.

Reproduzco a continuación el repertorio de la primera parte:
J-1: Mi amigo: Rocío Jurado
J-7: Mi amigo: Conchita Márquez Piquer
K-2: Mi amigo: Bambino
B-5: Mi amigo: Rocío Durcal.

Silencio, la claque al parecer no cumple debidamente.

En el camerino recibo el ramo de flores que he encargado me remitan; me seco el sudor, retoco el maquillaje y, en estas ocupaciones, me pierdo los comentarios del Gran Público.

Suenen uno, dos y tres timbrazos. El telón se alza ahora sin dificultad. La luz me impide ver la reacción del público, del Gran Público de la Gran Gala al que me debo: mis fans.

Segunda parte. (He repuesto el bolsillo de monedas).
J-4: Clásicos: Waldo de los Ríos
M-5: Clásicos: Waldo de los Ríos
B-4: Clásicos: Waldo de los Ríos
J-3: Clásicos: Waldo de los Ríos.

Reacción: aplausos (¡la claque es mía!) con añadidos (ajenos) de pitos y pataletas (normal reacción de la envidia ante lo inesperado).

Me debo a mi público y mientras un acomodador sube, magnífico, un ramo de iris por mí elegido, saco la última moneda y regalo al Gran Público de la Gran Gala una sola pieza (no debo prodigarme).

Mañana salimos por provincias y no podré leer, detenidamente, las reseñas de la Gran Gala.

Mientras me desvisto para vestirme, oigo como retiran de escena la máquina-tocadiscos-tragaperras: mi conjunto.

   
         
   
   
         
   

Me llamo Rafael, como yo, me gusta el nombre y me paso en ocasiones horas vocalizándolo, los demás datos son fáciles de recordar, ayer rellené el censo, tengo treinta y pocos años, soy abogado como tantos, estudié Derecho en Granada y no hice de mentira, ningún curso monográfico en ninguna universidad extranjera. En mi casa, conforme al censo, soy 'persona principal' y en telégrafos, normalmente, el 'imponente'. Durante años pinté, hasta que supe que Bacon tampoco lo hacía mal. Mil novecientos cincuenta y nueve lo pasé en Madrid, trabajé en Radio Juventud con el maestro Alberto Blancaflor, en un espacio musical. Él seleccionaba los discos, yo apartaba los que hacían cric-crac, supongo que Blancafor me habrá olvidado, lo siento. Ese año hice publicidad, carteles, ilustraciones. Tuve que volver a Málaga a causa de un terrible dolor de muelas y me dediqué al ejercicio de la profesión y a las otras muelas. En 1965 me casé, con el matrimonio me ocurrió igual que con la pintura, lo dejé. En Málaga, a veces me aburro, entonces invento Málaga, en vez de ir y volver al despacho por la calle de siempre, cambio de calle. Con frecuencia me deprimo, tengo bajo el ego y por mucho que tire de él no puedo colocarlo en su sitio, lo he intentado todo, podría dar una conferencia sobre sicofármacos y ansiolíticos, ahora pienso ensayar algo que me recomendó un amigo, así que mañana, automáticamente, el despertador conectará con el magnetófono y hasta lavarme los dientes, viviré en aplausos y olor de multitudes. Creo que dará resultado. He publicado cinco libros, todos en ediciones de bibliófilo, la verdad, espero una oportunidad, pero no me parece serio sentarme a pedirla a la puerta de los mandarines, porque ya lo he hecho. Prefiero los libros que aun no he escrito o no he publicado, sobre todo sus títulos: Informe; Edipo aceptado, los sueños; Jardín de Sebastián, para esta casa el nombre; Andrógino, suite, sacramentalmente blue; y más. Sigo escribiendo, porque en esto aún no he descubierto aun a Picasso.

   
         

         
         
         
 

Salón de los espejos', texto de Rafael Pérez Estrada en la voz de Juvenal Soto

     
         
     

 

 
         
   

Es agradable atardecer en el Salón de los Espejos
porque el espejo es metáfora de lo infinito
y también lo es el fuego, pues la luz -como la mariposa ante la
llama y su fulgor- roza levemente el espejo para de inmediato
abandonarlo.
Y es pájaro: la refracción y reflexión de la luz solo son vuelos.
El espejo es el otro, si no lo fuera no sería espejo, sería espejismo,
que es tanto como decir sofisma del espejo.
Comienzo de toda ficción e irrealidad no soporta el peso de la sombra.
Desde su lado oscuro, que es el lado oscuro de la luna,
se siente cómplice de las grandes ficciones,
denunciante del tiempo y sus sevicias,
servil hasta la imitación,
trampa de los narcisos confiados.

Su alma es vengativa: aliada al destino, maldice a aquel que
imprudente o consciente lo destruye.
Pero más que nada el espejo es filosofía pura:
¿Cuántas veces te he preguntado: ¿Qué refleja un espejo ante otro espejo?
¿Qué hacen cuando nadie les mira?
Nada es claro ni nada es definitivo en la claridad del espejo.
¿Reflejan las noches los espejos?
¿Conmueve la belleza a los espejos?
¿Son insensibles a nuestra destrucción?
¡Si pudiéramos revelar -como se obtiene el misterio de la
fotografía- las imágenes que oculta la plata del espejo!

Y es prueba clínica de la muerte real.

   
         

         
         
         
 

'Confidencias y melancolía' y 'Sobre las nubes', poemas de Rafael Pérez Estrada en la voz de Javier Domínguez Martín

     
         
     

 

 
         
   

Confidencias y melancolía

Una tarde de densa melancolía, tomándome del brazo me dijo confidente: Sólo tengo un deseo, levitar; si lo consigo, lo demás se me dará por añadidura. Y, aprovechando la ocasión que me brindaban sus confidencias, me atreví a estrecharla a preguntas: ¿Y para qué levitar? Le grité varias veces. Y ella, con lágrimas en los ojos y un denso olor a jacinto en el cuerpo, me contestó asustada: Para llover luego. Entonces supe que nuestro amor sería imposible, pues su ilusión verdadera era ser nube.

   
         
   
   
         
   

Sobre las nubes

El poeta coreano Kim Sup dibujó en un rollo de seda fucsia un poema intraducible, cuyo sentido, sentimiento aproximado, quería decir: «Cuando el ave del arco iris hiere con su pico de plata el corazón de una nube, la lluvia es sólo la lejana queja de un llanto irrepetible».

Para el poeta africano Sennar Kairema, las nubes están compuestas de finísimas capas envolventes formadas de líquidos en los que predomina, con el lapislázuli y el nácar, el mercurio y las lágrimas de los amantes abandonados. Todos estos elementos protegen la debilidad de un núcleo de leche cristalizada, que no es más que el principio rudimentario de una perla artificial, o el lugar en el que reposan las almas de las doncellas muertas de desamor.

El poeta sueco Bertil Varmland, autor de un ensayo sobre los elementos naturales, escrito a modo de breves sentencias, ha dicho: «Nada impide pensar que las palabras que los amantes liberan en el juego de las proximidades sean principal ingrediente en la formación de las nubes».

   
         

         
         
         
  'El amante maldito', letra de José Miguel Guzmán basada en el poema 'El amor impedido' de Rafael Pérez Estrada.      
         
     

 

 
         
   

El amor impedido

Y me dijo compungido el que durante tantos años fue el amante de la mujer barbuda: para poder casarnos fue preciso que ella se afeitara. Un momento terrible; desde ese día suceden todas mis desdichas. Nadie quiso entender que su feminidad, su encanto y su ternura nacían precisamente de su barba.

Secretamente intentamos ser felices, para lo que ella debía ponerse una barba postiza, rizada por un peluquero de París y con extracto de heliotropo y vainilla; pero no era lo mismo, así que tuvo que abandonarme.

Se marchó en un carromato de gitanos búlgaros en busca de un país en el que las mujeres barbudas puedan casarse tal y como son. A mí solo me quedan las lágrimas y la memoria de su preciosa barba nublando sus senos de niña.

Pese a tanto dolor y desconsuelo, antes de irme me enseñó la barba postiza que era rubia y tenía olor –al menos para mí- de amores solitarios.

   
         

         
         
         
 

'Suceso', un poema de Rafael Pérez Estrada musicado por Ismael Chicano Ballesteros y Francisco Villalobos Santos.

     
         
     

 

 
         
   

Suceso

Cruje sumisa la escalera.
Me despierto.
Apenas llego a ver
la figura de un ángel huidizo.
Todo es oscuridad menos el ángel
y el puñal que sostiene.
De fondo, una sombra que escapa
y un grito suspendido.
Por lo demás,
la noche es infinita.

   
         

         
         
         
  'Una tímida propuesta de cambio' y 'Breverías', poema y textos de Rafael Pérez Estrada.      
         
     

 

 
         
   

Una tímida propuesta de cambio

Cambio la inútil voluntad del pez volador
por la audacia del felino ciego.
Las alas de los ángeles, por los brazos
perdidos de un Apolo.
Una gala de Pavarotti, por las chimeneas de
un viejo trasatlántico en la soledad del mar.
El grito por el cable del trapecista.
El vértigo, por el écuyère del Circo Price.
El humo, por el vuelo.
La bañera por las catarátas del Niágara.
Lo posible, por lo imposible.
La realidad por la ebullición imaginativa.
Suplicaría el temblor de la lluvia en los cristales,
la utilidad de la lágrima,
el otoño en las playas,
y el poder de la melancolía.

   
         
   
   
         
   

Breverías

El melómano, siempre atento y discreto, acaba por descubrir un ruiseñor camuflado en el escote de la diva.

Volar es el resultado de una intensa pasión, nunca de su práctica.

El espejo acaba por obligarnos a parecernos a nosotros mismos.

Inesperadamente le sale barba a la tiple, y se convierte en bajo: conspiración de los eunucos.

Los ángeles son anarquistas y especialmente antipáticos con la ley de Newton.

Con el ángel caído empieza la gravedad.

La manía persecutoria me persigue.

El profesor necio amenaza al niño ciego con el cuarto oscuro.

Los niños juegan a lo imposible pisando sus sombras.

Los amantes exactos tienen una sola sombra.

El amante previsor guarda besos para el invierno.

El beso es una tímida forma de canibalismo.

El piano de cola es el frac de la música clásica.

El piano de cola es el sarcófago del pianista virtuoso.

El piano de cola y el de Coca Cola.

   
         

         
         
         
  'Melancolía (In memoriam Mari Carmen Gil)' y 'Homenaje a Mari Carmen Gil', poema y extracto del texto de Rafael Pérez Estrada en la voz de Concha Goyanes.      
         
     

 

 
         
   

Melancolía (In memoriam Mari Carmen Gil)

Primero le salieron alas, unas alas brillantes que ella lucía sin fuerzas, trabajosamente: Oh –solía decir–, aunque el médico asegure que son síntomas de una pronta huida nupcial, nada bueno anuncia este prodigio.

Después se puso triste y frágil, y sus palabras se hicieron como hojas de otoño, y había melancolía en sus palabras. Y sus labios tenían la extraña belleza de algunas reinas egipcias de perfil.

Al final se olvidaron de las alas, y, frente al mar, recortaban papeles de colores.

–Cómo pesa la melancolía– exclamó una tarde.

Y ya todo fue recuerdo.

   
         
   
   
         
   

Homenaje a Mari Carmen Gil

En los momentos históricos en los que las libertades de los pueblos se hayan mermadas, no se concibe la especulación artística fuera de un compromiso verdadero y formal con la libertad y la democracia, y Mª Carmen fue −ella que al primer contratiempo se quedaba sin voz− un ejemplo de lo que debe ser asumir las ideologías progresistas y el camino hacia la justicia social; por eso, en los años setenta −que fueron hermosos en la medida que Antonio Soler lo dice en su más reciente novela al citar a Alejandro Dumas: "Aquellos años tan desdichados en los que fuimos tan felices"− hizo de sí misma y de lo suyo, especialmente de su casa de Coín, un lugar permanente de lucha y amparo contra la Dictadura, un lugar en el que, pese a todo riesgo, las puertas estaban abiertas de par en par para cuantos
sufrieron persecución de la injusticia.

Ahora, casi todos los recuerdos se agolpan en Coín, una geografía muy querida y a la que muchos, para estar más cerca de ella, acudimos a levantar nuestras casas.

El tiempo impone sus limitaciones, más al pensar en Mari Carmen, la memoria emocionada se desborda hasta ocupar espacios sin límites. Son, creo, las sorpresas del recuerdo que a su manera nos hace revivir un pasado dichoso del que tanto le debemos a ella.

   
         
         

 
 
 
         
   

Fuensanta Naranjo Jiménez producción / Jacobo Salmerón Gil sonido / Gonzalo Presa Soto grabación de audio / Daniel Torres Serralvo iluminación / Francisco Burgos grabación de video.

Con la colaboración de LOASUR, CAFÉ-TEATRO, KRAKEN SOUND, ANTECÁMARA, VOLANDO CATERING

   
   

 

   
       
         
   

Agradecimientos:

Juvenal Soto Carratalá, Esteban Pérez Estrada, Antonio Garrido Moraga, José Infante Martos, José Ignacio Díaz Pardo, Alfredo Taján, Antonio Parra Ruiz, Domi del Postigo, Concha Goyanes, Javier Domínguez Martín, Estanislao M. Orozco, Diego Medina Poveda, Jorge Villalobos, Paco Aguilar, Gravura Taller de Grabado, Pili Gil Hurel, Felipe Pajares Ladrero, Alfredo Mancera Barroso, Araceli Bilbao Guerrero, Rafael Ballesteros Durán, Javier García Vázquez, Fundación Málaga, Rafael Fernández Cordero, Boni Sánchez Pavón, Francisco Lomeña Villalobos, Fuensanta Naranjo Jiménez, Pepa García Fernández, Maripepa Fernández Villalobos, Isabel Urbaneja Fernández, personal de Canal Coín Televisión y Área de Cultura del Ayuntamiento de Coín.

   
   

 

   

         
         
   
       
         
         
     
         
     
         
     
         
     
         
     
         
       
         
             
 
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